El castillo, antigua morada de los poderosos barones de Vitré, es una antigua fortaleza que perteneció a la Marca de Bretaña y que se eleva a modo de mascarón de proa de este recinto ovalado, único en Europa y extraordinariamente bien conservado. Paseando por las calles del casco antiguo: la calle d’Embas, de la Baudrairie, de la Poterie o por la calle Notre-Dame, podrá apreciar las cuidadas fachadas de las casas que se hicieron construir los comerciantes de ultramar, destacados tratantes de telas durante los siglos XVI y XVII. La iglesia de Notre-Dame, ubicada dentro de la ciudad amurallada, se construyó entre 1420 y 1570, una época durante la que predominó el arte gótico flamígero y después el Renacimiento. La iglesia es uno de los símbolos más representativos de la prosperidad derivada del comercio de telas, que se desarrollaba a nivel internacional.
Como si estuviésemos hojeando un libro de Historia, Vitré reúne tantos tesoros arquitectónicos como valiosos vestigios y testimonios del pasado. El entorno natural circundante es sereno y está cuajado de pequeños valles. Descubra la tierra en la que vivió Madame de Sévigné, la famosa escritora del XVII conocida por su prolija correspondencia y señora del château des Rochers, una mansión señorial característica de la zona de bocage (división en pequeñas parcelas) de Vitré.
Visite los museos (el castillo de Vitré, Saint-Nicolas, el palacio de Rochers-Sévigné), disfrute de los estanques, de los ríos y los bosques. Disfrute de la hospitalidad que le brindan sus habitantes y no se olvide de probar la gastronomía local en torno a una buena mesa.
Vitré, una ciudad de más de 17.000 habitantes, aglutina servicios de calidad y gran número de empresas con proyección nacional e internacional.
Eje de centros formativos, también es una referencia en el ámbito cultural: Maison des cultures du Monde (Casa de las Culturas del Mundo), Artothèque, creaciones de artistas en residencia, mediateca…
Un tercio de la población tiene menos de 20 años, lo que convierte a Vitré en una ciudad joven y dinámica. Su activa red de asociaciones y las instalaciones adaptadas posibilitan que deporte y ocio sean accesibles para todos.
Vitré, una ciudad en la que sienta bien vivir.