El aspecto actual de la iglesia de Notre-Dame, que fue reconstruyéndose gradualmente de 1440 a 1580, es el de los siglos XV y XVI. Se trata de una construcción que sirve de puente entre el final de la Edad Media y el principio del renacimiento, adaptándose a la evolución de las preferencias estéticas: en la decoración del gótico flamígero pueden apreciarse motivos ornamentales renacentistas (en la parte izquierda de la fachada sur).
Nos encontramos ante una iglesia con gabletes múltiples, la proliferación de los gabletes en las naves laterales, perforadas por grandes ventanales, permite que entre más luz en el edificio, que no tiene ventanales altos.
La fachada principal, orientada al Oeste, está menos recargada que la fachada sur. De hecho quedaba prácticamente oculta por el Gran Mercado de telas, una construcción de madera, que fue sustituida después del incendio de 1886 por un mercado de mantequilla construido en hierro colado y ladrillo (edificación destruida en los años 60).